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viernes, 12 de septiembre de 2008

Conflictos en Bolivia, la intolerancia y la irracionalidad reina.

Vivir en Bolivia en estos dias, es cada ves mas dificil, ya que la violencia, la intolerancia reina, a todas horas se escuchan, bloqueos, muertes, bandalismos en la calle. y todo esto a causa de una sola cosa, la clase politica si es que asi quieren llamarse (vease que la politica es el arte de gobernar bien) no ha podido ponerse de acuerdo, y los mas afectados en todas estas cuestiones siempre es la poblacion ya que muchas veces se toman medidas sin pensar en que podria o no afectar a la sociedad.

Sectores que se arrojan la representatividad, que se dicen portavoces del "pueblo" traman, conspiraran y conjuran, las atrocidades que vemos a diarion en los noticieros que de por si ya son sensacionalistas y amarillistas.


Es por eso que, desde este rincon del pais, pido para que tengamos un poco de racionalidad, un poco de tolerancia y nos sentemos en una mesa para hacer un pacto de no agresion para parar de una ves con Esta situacion.


se que los intereses personales, regionales estan de por medio , pero el interes que tiene que primar a estas alturas es necesariamente el de la Paz y la fraternidad.


viernes, 15 de febrero de 2008

Relaciones Internacionales.

Quino una vez mas nos muestra con su creativa genialidad un punto de vista de las relaciones Internacionales y los Organimos Internacionales.



domingo, 10 de febrero de 2008

Curriculum Cantado

Un problema creciente el desempleo. visto desde una perspectiva humoristica .
Muy bueno les recomiendo oir la cancion


lunes, 28 de enero de 2008

IMPRESIONES DE U.K.











CH’ENKO TOTAL
IMPRESIONES DE U.K.

Por : El Papirri

Inglaterra es una isla cubierta por un enorme preservativo. Una especie de pene enramado protegido por un gigantesco condón. La relación con las gentes, la fruta, el pan, los saludos, el sol , el aire, todo, todo cubierto por una lona gruesa e invisible con olor a limpio a la fuerza. Difícil darle un abrazo a alguien, talvez la mano. El SIDA y sus secuelas jodieron la calentura mundial de los ochenta y el mínimo afecto fue esterilizado por neumonías y demás plagas. Además, con la paranoia de Alkaeda , cualquier carita de mestizo se hace sospechosa.

La palabra de moda en los Megamercados es “organic”.Con los muchachos tuvimos que comer duraznos “organic” sabor a papel sabana. Nos salvaron la vida los ahogaditos indues, los arrocitos vietnamitas, los saborcitos del tercer y cuarto mundo que por suerte sobreviven pese al gran condón .Era el verano del 2003,en varias semanas de gira nos tragamos prácticamente todo U.K (please, lease Reino Unido), incluyendo Gales,Escocia y unos puntos en el mar , las islitas del Chanell Island que están mas cerca de Francia pero son inglesas. La primera semana llegamos a cuatro de los puntitos aquellos sobre un mar solemne y brilloso, las islitas llamadas Alderney, Guernsey, Jersey y Sark. Entre isla e isla, llegamos por todas la embarcaciones posibles: vuelo regular de British, avioneta privada con hélice, un enorme crucero llamado familiarmente Cóndor Ferries, una ronca lancha veloz contratada especialmente para el grupo .Las millas marítimas no se sintieron en los riñones. Tocamos en Casas de la Cultura y Teatros para un publico muy ingles, jubilado ,a los que bauticé Conciertos Geriátricos. Antes, como prueba de sonido tocamos Conciertos Pediátricos para niños hermosos, que explotaba en risas y palmas gracias a nuestra música y que luego en súbita tristeza retornaban al Muro aquel de Pink Floyd. Rescato por lo pintoresco el de Sark, una isla de 300 pitufos habitantes, lugarcito donde no hay autos ni policías, solo tractores y pitufos ingleses en jardinera. Carlos ((Ponce, zampoña heroica, alias lorito) dijo aquella magnifica frase: “con tanto tractor, aquí el Mallku estaría feliz “.Había mucha niebla y una llovizna incomoda. Comimos un sándwich de camarón envuelto en preservativo (plis, organic). Obvio: todos los habitantes de la isla nos vieron en el Concierto.

En la segunda semana ,volvimos al sur del pene mayor, tocando en el Teatro de Hereford y por el Estado de Cornwall encima del que resulto ser nuestro minibús , contratado por 100 libras al día . Nuestra base era de piratas: una casa del siglo 18 enclavada en el medio de una ladera que se iba de cara al mar , mientras un pueblito llamado malamente Polperro -15 minutos pie abajo -rezongaba refugios de amores prohibidos. Durante los cuatro días siguientes viajamos una hora desde la dicha casa a tocar al Eden Proyect (www.edenproject.com), una especie de museo viviente a la mala conciencia ecológica: todas las plantas del mundo encerradas en gigantescas colmenas por donde se paseaban seres fríos calentándose a la fuerza con todas las temperaturas del mundo en cada esquina. Y nosotros tocando de poncho: “una” calor terrible...Allí algo inédito aconteció: un culo enorme nos veía tocar, el dueño del mismo contemplaba hechado un arbolito africano, acostado en pasto dominicano, aspirando flores chinas ,tomando una sopa espantosa de verdura australiana y mirando el concierto con su soberano culo. Por suerte, los demás nos veían con los ojos normales . Luego de 2 horas de tocada volvíamos diariamente a la casa aquella a mirar atónitos ese mar que no claudicaba de luz, y que ocultaba en su fondo a Francia, todo así por tres días. La despedida , una merecida Guiness en Polperro con gaviotas entradoras comiendo de la mano.

La próxima semana conocimos la que seria nuestra verdadera base en un barrio y casa suburbial de Bristol, casita estilo infancia de Lenonn. El mar se quedo atrás. Entonces empezaron las interminables millas de cemento, carreteras y autopistas perfectas ,con vacas y ovejas de pesebre, parecía que a las vacas locas les habían inyectado valium o estucado para siempre. Nos tragamos todo Gales tocando en Cardigan (Teatro Mwaldan), en Swansea (Teatro de la Universidad), en Harlech ( Teatro Ardudwy), todo en este formato: viajar 5 horas, llegar a probar sonido, comer lo que venga, mirar cositas (por fin, jóvenes nalgas en la U de Swansea), tocar en la noche. Allí me di cuenta que nuestra música les ayudaba a sacar por lo menos un poco la cabeza del enorme preservativo y emocionarse unos instantes..En Gales llamaba la atención un nacionalismo oculto , los letreros eran bilingües y los aplausos grandes cuando al final de los conciertos agradecíamos en galés . Lo jodido fue que después del ultimo concierto en Gales viajamos 10 horas en nuestro Kallawaya móvil directito a Londres . Despertamos con el London Ice en nuestro ojo lagañal y a probar sonido en el Purcell Room, hermoso Teatro de Cámara para 800 personas perteneciente al prestigioso Complejo Cultural South Bank, donde también hacían sound check en las Salas contiguas Gal Costa y Gilberto Gil ( en el Elizabeth Quenn) y la Sinfónica de Berlin (en el Royal Festival). No hubo tiempo de dar ni siquiera un vistazo. Nuestra prueba de sonido fue obsesiva, luego comer una lasagna dolorosa de 10 libras frente al Big Ben, una breve siestita en el camarín y adentro. El Purcell Room estaba repleto¡ Fue el punto alto de todo este lío ingles, un Conciertazo donde fuimos ovacionados “ llevando la bandera boliviana en alto”, a decir del Embajador interino y testigo presencial del evento don Roberto Calzadilla , extrañamente un buen tipo en las mezquindades diplomáticas. Al margen de los cientos de ingleses presentes fueron testigos nacionales de aquello( para que vean que no los estoy mamando) el pintor Fernando Montes y señora, el Ing . Miranda ex SuperIntendente de Hidrocarburos y hasta ahí nomás porque sino esto parece el Ficho. Al final del Concierto volvimos directo a Bristol, 4 horas de viaje y caímos rendidos en nuestros catres de la casita tipo Lennon con los riñones molidos y estómagos maltrechos, bien jodidos pero felices. La Gira ya se acababa, vino un Concierto en la ciudad de Stroud y luego el mas emotivo de todos, la despedida en el Saint George Bristol, un Teatro considerado el de mejor acústica de UK ( y por lo tanto de lo mejor de Europa). Lo gracioso fue que nuestra manager contrató a uno de los mejores sonidistas de England para realizar y grabar el concierto pero al final tocamos con cero volumen pues la acústica era impecable: honesto y sudoroso el Ingeniero aquel dijo “lo siento, no hace falta ni una pizca de volumen “.Y así fue. Al final del concierto recibimos diez minutos de ovación , el publico de pie y yo abrazado al Carlitos Ponce llorando como cojudo. De no cree favor preguntar al testigo ocular Raul Peñaranda ,músico cochala especialista en Computación que radica 23 años por allá y a varios chilenos bristoleños . Luego vino una celebración incompleta pues todos sudábamos antibiótico y también mi posterior rebelión: la manager había planificado 7 días mas de Conciertos Pediátricos que estaban fuera de contrato. Me rebelé solito y me fui a conocer Londres, claro, coño, como no¡ esta bien que te exploten pero que no se pasen...sangre de esclavo no tengo pese a mis churcos. El buen tipo del Calzadilla fue mi anfitrión en London , había sido ex Ruphay y ex Bolivia Manta hasta que su papa le jalo las orejas y lo metió de diplomático, cargo que espero conserve pues en todas mis peripecias mundiales debo hacer constar que fue el único diplomático sin mezquindades que conocí. Ojala el Lucho Vasquez no se equivoque , lo saque y ponga a cualquier mueble mirista. Bueno, esito seria todo. No les cuento mi semana en Paris, porque seria graaave. Tal vez que toqué el día de la música frente a la Sorbona solito con mi guitarrita, como histórico trovador. Y tampoco los 4 inolvidables días en Barcelona porque no estamos en horario autorizado. Solo decirles que los extrañe mucho en estos dos meses de chenko europeo ( yaaaaa...)... Ah¡ para los que no se ubican hasta ahora Edgar( Villarroel, gran voz, ex Kjarkas, alias lagarto) , Carlos (Ponce, virtuosa zampoña, ex Rumillajata, alias Lorito), Saúl ( Callejas, notable charanguista, ex Wara, alias Sapito), Adrián( Villanueva, histórico quenista, ex Rumillajata) y yo fuimos en Gira musical por U.K con el nombre de Kallawaya.. Nuestro repertorio iba desde música Aymara -con vestuario y todo- , pasando por folk standars bolivianos (Cavour, Domínguez, Espada) , aterrizando luego de dos horas a lo mas contemporáneo (Libertango de Piazzolla , mi “ Zamba Geisha”) .Muy buen nivel musical. Ahora, déjenme plis, disfrutar de este chicharrón por suerte no organic y de nuestra Bolivia donde lo prohibido- por suerte- no esta prohibido. Gracias. Provecho.

El Papirri, obvio, Manuel Monroy Chazarreta, guitarrista, compositor, personaje de La Perez.

sábado, 26 de enero de 2008

El Aleph




Hace ya dos dias que vengo releyendo el libro "El Aleph" en cuyo interior podremos encontrar 17 cuentos del mago de las letras diria yo el escritor argentino Jorge Luis Borges, pero de toda la gama de cuentos ofrecidos en este libro uno me llamo particularmente la atencion, ¿cual? "El Aleph", la sola idea de poder conteplar un Aleph oculto en un sotano de una casona tipo en la ciudad de Buenos Aires ,que como lo definiria Borges es "Un punto que contiene todos los puntos del universo”. es decir poder ver al mismo tiempo, sin interponernse una imagen sobre otra, todo lo que ocurre en este planeta desde un pequeño ventanal , punto como quieran llamarlo.. es facinante.,



¿Si imaginan, poder conteplar el majetuso Pantanal, la torre Eiffel, y el desierto del Sahara, al mismo tiempo sin moverse de ese pequeñisimo zotano?, con esto Borges nos trae a acotacion lo pequeño que somos, lo mucho que nos falta por ver/aprender y que todo este camino al que solemos llamar vida, es un proceso de constante, aprendizaje, integral , partiendo desde lo esporitual hasta lo practico.



Entonces para ir cerrando este pequeño pensamiento en voz alta, quiero recomendarles que lean si no lo han hecho y lo relean los que ya lo hicieron (por que el releer es redescubrir una obra) a Borges y muy especialmente a sus cuentos que siempre nos dejaran con una o varias asignaturas pendientes, en este caso el detenernos un momento a hacer un Balance de nuestra vida cual si tuvieramos un Aleph delante nuestro para pasar todas las imagenes de lo vivido y asi poder hacer un balance.

jueves, 3 de enero de 2008

Algunas cosas que nos unen

En este tiempo en el que reinan las intolerancias este articulo de Homero Carvalho, creo a mi parecer no podia ser mas pertinente y oportuno.
Algunas cosas que nos unen
Homero Carvalho Oliva

Escritor beniano, criado en La Paz y residente en Santa Cruz.
En estas épocas de encolerizados regionalismos, de trasnochados fundamentalismos, de anacrónicos racismos y de evidente crisis nacional, la frenética búsqueda de diferencias entre bolivianos parece formar parte de una sistemática campaña de desencuentros cuya estrategia final pretende agudizar los enfrenamientos violentos que se están dando en el país.

Bajo este aciago panorama, cargado de odios por donde se mire, se hace necesario mostrar a quienes quieran ver que, también, hay algunas cosas que -a lo largo de estos casi ciento ochenta años de vida republicana en común- nos unen como habitantes de una patria compartida a pesar de todo, especialmente de los políticos que, ahora sí, abrieron la caja de Pandora. Voy a detallar algunas de estas cosas para que “los que sabemos” se muerdan la lengua recordándolas:

En el lenguaje: Por encima de los “dejos” propios de cada región, fenómeno que se repite en todos los países del mundo, debemos reconocer que muchas de las palabras que creemos propias de un lenguaje provienen de otros ámbitos lingüísticos del mismo territorio. Así es como tenemos palabras del habla oriental o “camba” que tiene origen quechua o aymara. Tal es el caso de “pascana”, “patasca”, “liquichiri” y no es raro escuchar a un joven colla decir que ya tiene “corteja” o a un camba casado que tiene muchas “cholas”.

En la música: Nadie puede negar que la voz más hermosa que se haya escuchado en nuestro país haya sido la de la cruceña Gladis Moreno, a quién la Universidad de San Simón y el Concejo Municipal de Cochabamba le brindaron un merecido homenaje que ni siquiera en su tierra se lo ofrecieron. Tampoco nadie puede olvidar que el segundo himno cruceño fue escrito por el orureño Gilberto Rojas y que “Niña Camba”, uno de los taquiraris más divinos que se han podido crear también sea de otro compositor de la ciudad de la espectacular Diablada: César Espada. O que la “En las playas desiertas del Beni”, fue escrito por el cochabambino José Aguirre Achá. ¿Alguno de ustedes viviendo en el exterior: camba, colla, chapaco, chaqueño, no se ha emocionado al escuchar cualquiera de las canciones de los Kjarkas o las interpretaciones de Zulma Yugar? ¿Sabía usted que en el gran corso cruceño ya se baila la paceñísima danza caporal?

En la literatura: Jorge Suárez, poeta y narrador yungueño, escribió “El otro gallo”, uno de los más simpáticos y representativos cuentos de la idiosincrasia cruceña y el beniano Ruber Carvalho “La mitad de la Sangre”, una novela que bien puede ser la historia de Santa Cruz y El Beni los últimos cien años. Y ¿Díganme señores míos si existe algún boliviano que no se conmueva leyendo los versos de Oscar Cerruto?

En lo político: Así como no todos lo que se dicen de izquierda lo son, no siempre los alcaldes nacidos en sus municipios han sido los mejores: Hernán Castro, nacido en La Paz, es recordado como uno de los mejores alcaldes de la ciudad de los anillos; Manfred Reyes Villa, paceño, lo es de Cochabamba y Juan del Granado, cochabambino, tiene la preferencia de La Paz. ¿Se han preguntado cuántos de los diputados realmente han nacido en los Departamentos que representan? ¿Saben cuántos dirigentes del Comité Pro Santa Cruz nacieron en otros departamentos?

En las artesanías: Cuando viajamos al exterior o despedimos a un amigo extranjero lo primero que hacemos es comprar artesanía colla para que nos recuerden. Que me parta un rayo si miento. ¿Hay algo más suave que una manta de vicuña? ¿Algo más cómodo que una hamaca guaraya?

Soberanía: En las fronteras los restaurantes con nombres guaraníes, aymaras o quechuas y los platos que ofrecen sientan la verdadera soberanía nacional. Así en San Matías, por ejemplo, hay muchos restaurantes locales que sirven feijoada, pero cuando se lee Restaurante Tiwanaku y en la oxidada pizarrita colgada en la puerta vemos que se sirve “Fricasé”, no cabe la menor duda que estamos en territorio boliviano. Para contentar a algunos extremistas habría que ir a la frontera con Perú y poner “Hoy: masaco de yuca”. Y hablando de comidas, ¿habrá alguien que no haya comido una salteña?

En las artes plásticas: ¿Acaso cuando miramos los arcángeles arcabuceros no nos sentimos orgullosos de que hayan sido imaginados y pintados en territorio de lo que ahora es Bolivia? Y ¿Los murales de Walter Solón, Miguel Alandia, y Lorgio Vaca, artistas de diferentes lugares del país?

Festivales internacionales: Los Festivales que tanto prestigio le han dado a Santa Cruz y al país fueron producto de gente nacida y no nacida en estas tierras del Cacique Grigotá. A gente como Marcelo Araúz, Alcides Parejas y Cecilia Kenning, hay que sumarle los nombres de Maritza Wilde, paceña, que vino a Santa Cruz, únicamente, a organizar el Primer Festival Internacional de Teatro que lo continúa René Hohenstein, un judío cochabambino. El Festival Iberoamericano de Cine lo dirige Ariel Gamboa, un orureño casado con una cochabambina.

No crean que me he olvidado del deporte de multitudes, si cada vez que juega nuestra pobre selección todos los bolivianos renovamos nuestros votos esperando un milagro. ¿Alguien se acuerda lo que significa “vale un Potosí”? Yo creo que hay bolivianas y bolivianos que valen eso y mucho más. Si estas cosas simples no nos unen, no sé qué podrá hacerlo querido compañerito, hermanito, amigo, camarada, pariente…

¿Seguimos? O ¿Usted quiere agregarle a la lista algo de su propia cosecha?

domingo, 21 de octubre de 2007

Entre locos y cuerdos

Autor: Desconocido


Los locos dan festines
y los cuerdos son los invitados
Los locos viven inventando mundos
y los cuerdos viven en mundos inventados
Los locos crean castillos
y los cuerdos los habitan
Los locos son mitad cielo y mitad tierra
los cuerdos son solo tierra
Los locos crean la musica
y los cuerdos solo la escuchan
Los locos son personajes
y los cuerdos son actores
Los locos son poesía
y los cuerdos quienes redactan
Los locos son la pintura
y los cuerdos solo pintan
Los locos viven en muchos mundos
y los cuerdos solo viven en la tierra
Los locos se sienten libres
y los cuerdos... los encierran.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

El canalla

El canalla
Paulo Coelho

Aunque la palabra resulte un poco fuerte, todos hemos tenido un canalla en nuestras vidas (el diccionario lo define como “Persona despreciable y de malos procederes”). Se trata de la persona que más intenta destacar mientras somos adolescentes, cuando luchamos para cimentar nuestras identidades, nuestros sueños, nuestro lugar en el mundo. Entonces, nos asaltan las dudas sobre lo que debe hacerse, y de repente, ahí está el canalla: él es siempre el líder, el que se cree más atractivo, más inteligente, más capaz de enfrentar los desafíos del futuro.

Para mantenerse en esta posición, ataca nuestra autoestima: quiere hacernos creer que somos feos y sosos, que no tenemos futuro, y que todos deberíamos vernos reflejados en él y en su manera de liderar la pandilla del barrio (o del edificio, o de la urbanización). En el caso de los chicos, normalmente se impone por su fuerza bruta o por comportarse como un “listillo”, como si supiese más que el resto del mundo. En el caso de las chicas, es siempre la que parece atraer las miradas de todos los hombres, ser invitada a todas las fiestas, y estar siempre más elegante.

El canalla (tanto femenino como masculino) nos mira con cierto aire de superioridad, y procura dictar las normas del grupo. Sin duda, su conducta nos intimida, no sabemos qué hacer, y terminamos dejando que nos guíe durante algún tiempo. Aunque no lo sepamos, le estamos dando al canalla el poder que no tiene ni merece, y éste será el único momento de su vida en el que su luz llegará a brillar, efímera. Pero esto forma parte de nuestro aprendizaje, pues mediante este proceso desarrollamos nuestras defensas para el futuro.

Y crecemos. Poco a poco, cada uno va tomando sus caminos, el grupo de la adolescencia se disuelve, y el canalla desaparece, aunque sigamos conservando su imagen de belleza, sabiduría, liderazgo, elegancia, fuerza y superioridad.
Todos nosotros, durante este importante rito de pasaje que es la adolescencia, pusimos a prueba nuestros valores fundamentales... a excepción del canalla. Mientras sufríamos el desprecio, la inseguridad, o la fragilidad, él se mantenía al margen: a fin de cuentas, ¡era nuestro(a) líder! No tuvo que atravesar las difíciles y amargas horas que los demás vivimos ciertas noches en vela y tantos días de lluvia.

Cierto día, una vez adultos, se nos ocurre reencontrar a nuestros amigos de juventud. Organizamos una reunión, generalmente en un restaurante, adonde todos acuden con sus mujeres o maridos. Nada mejor que sentarse a una mesa con buenos platos y buen vino, y recordar un poco los años en los que se forjaron todo lo que somos hoy.

El canalla aparece, normalmente también casado(a). A todos nos interesa saber cómo le ha ido en la vida: aún existe cierta fascinación y deslumbramiento por esa actitud de plena confianza en sí mismo. ¿Adónde llegó ése a quien envidiábamos y admirábamos secretamente?

La primera sorpresa es que el canalla no llegó a ninguna parte. Mejor dicho, pudo dar un paso, o dos, con cierto éxito, pero inmediatamente la vida fue implacable con su arrogancia: el mundo de los adultos es bastante diferente de aquél en el que vivimos nuestra juventud.

Pero al canalla aún le resta un último refugio: su grupo de la adolescencia. Y como piensa que el mundo no giró durante este tiempo, quiere revivir sus momentos de gloria. Al principio de la cena, parece que volvemos al pasado, pero muy pronto comprendemos que él fue apenas un instrumento para que pudiéramos crecer. Después de algunos tragos de alcohol, vemos al canalla replegado, intentando probar una fuerza que ya no existe, pensando que aún creemos que sigue siendo el líder de todos nosotros.

Nosotros sonreímos, confraternizamos con todos, pagamos la cuenta, y salimos con la impresión de que el canalla tomó el camino equivocado. Pensamos: “Esta persona lo tenía todo para que le fuera bien en la vida, pero no lo consiguió”.

Todos nosotros hemos tenido un canalla en nuestras vidas. Menos mal.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Comandante, cómo cuesta llegar hasta ti

Comandante, cómo cuesta llegar hasta ti
Autor: Hugo Salvatierra

Nació libre, pero las trágicas incógnitas de la vida la convirtieron en esclava de hacienda patronal en su niñez, y en obrera durante su juventud y madurez de mujer. De todas maneras, morirá libre.

La guerra con el Paraguay hizo que el escuálido ejército boliviano enrolara entre sus filas a un muchachito chiquitano de amplia sonrisa y de jopo rojizo, que junto a cientos de otros muchachos venidos de toda la geografía boliviana se enlistaron entusiastas para defender la Patria. Tenía 17 años y mil ganas de conocer otros mundos. Derrochaba enorme vitalidad de campo y la Patria lo llamaba al sacrificio. Pese a los ruegos y llanto de su madre, no dudo en sumarse a la caravana de soldados que desde San Ignacio de Velasco tardaron dos meses para llegar a la aldeana ciudad capital de Santa Cruz.

El pueblo era una aldea pequeña de calles arenosas castigada por un sol ardiente. El entrenamiento militar era intenso urgido por la voracidad de la guerra. En las cálidas noches pueblerinas Mariano salía sin rumbo a trajinar por las calles en busca de una aventura que él mismo desconocía. En la plaza del pueblo conoció a una linda jovencita de no más de 15 años y nació con ella el romance inmaculado y sin límites de la juventud. Se amaron con intensidad como si el presente lo fuera todo y la trágica despedida una eternidad. No había guerra, solo ellos. Se prometieron fidelidad y construir juntos sus sueños juveniles. Ella juro esperarlo eternamente, y él volver sano y victorioso de la guerra.

No les dieron tiempo ni a despedirse, pues una madrugada lo subieron a un destartalado camión atestado de eufóricos soldados y lo llevaron al frente de guerra. Se fueron sin pensar en la muerte cantándole a la Patria, a sus familias, a sus amores. Volverían victoriosos. No había miedo, solo nostalgias entrañables y ganas urgentes de pelear para derrotar al enemigo y volver al regazo de la madre o de la amada.

Por qué iban a la guerra? Nadie lo sabía. Les dijeron que el Paraguay invadió la Patria y que el frente de batalla estaba en El Chaco.

No hubo despedida, besos, adioses ni cartas. La muchachita sintió que en sus entrañas latía un nuevo ser y juro esperar por siempre a su amado. Nació una niña y ella compenso sus angustias. Su guerrero volvería y serian felices por siempre. Ya no serian dos sino tres, y tal vez muchos más. El, sediento, sudoroso, quemado por el sol, con el uniforme ajado y las abarcas hechas pedazos, perdido en la maraña del bosque chaqueño disparaba su viejo fusil máuser contra el enemigo, y a cada disparo algo de él también moría. Con letra menuda y desordenada escribía cartas a su madre, a su padre, a su amada, cartas que nunca llegaron a destino. Y aunque hubieran llegado, solo ella podría descifrarlas. En sus minutos de descanso remarcaba las iniciales de su nombre en la manga derecha de su uniforme…por si acaso.

Durante el día, protegidos por la sombra de sus todos los Generales y Coroneles planificaban estratégicos asaltos a las trincheras “pilas”. Por las noches, los mismos Generales y Coroneles hacían la guerra entre borracheras y carcajadas. Los Mayores, Capitanes, Tenientes y Sargentos convivían con la tropa a la sombra de los “cupesís” o de las oscuras y frías noches chaqueñas.


Los soldados cruceños, benianos, pandinos y tarijeños, por su origen tropical o chaqueño soportaban mejor las inclemencias del clima y la aridez geografía del Chaco, formando algo así como “tropas de élite” para el combate cuerpo a cuerpo y a machete en la retaguardia de las tropas enemigas. Los soldados “collas” venidos de las comunidades altiplánicas y valles de Bolivia, con altitudes de 2.500 a 3.600 metros sobre el nivel del mar y temperaturas de 4 a 16 grados centígrados formaban la masa uniformada destinada al asalto y el combate a muerte en las trincheras paraguayas, curtidas con temperaturas sobre los 40 grados centígrados. Para los Generales y Coroneles, eso no importaba. Esa masa humana de jóvenes sedientos y harapientos, eran tan solo eso, una masa de indios uniformados con un solo deber: morir por la Patria, una Patria que nunca conocieron, que siempre los negó y que nunca se ocupo de ellos.

Tanta hambre y tanta sed, tantos cañonazos de mortero y tanta bala. El tiempo era eterno y se borraba la sonrisa. Solo quedaban la soledad y la angustia, los recuerdos y el amor lejano. Ni una sola carta de la dueña de su vida, tan solo besos imaginarios en cada amanecer.

Soñaba en volver a las noches calidas del pueblo, a estar echado en una hamaca en la acera de la vieja casa de su muchachita amada, perdido en la inocente lujuria de sus besos y en la ternura de sus ojos juveniles, acariciando su negra cabellera, para terminar hundido en el aroma a tierra húmeda de su piel morena.

La imaginaba convertida en madre de sus muchos hijos, dueña de su rancho y de sus bueyes, secando con la falda el sudor de su rostro, y cobijados por la fragancia nocturna de un guayabo, juntos buscando estrellas perdidas en un firmamento solo para ellos.

El tronar de lo cañones lo despertó de pronto. Corrió desesperado esquivando las espinas y las balas enemigas. Un fuerte golpe en el cuerpo lo transporto a una oscuridad profunda. Abrió los ojos y la vio por última vez con su radiante sonrisa, caminando hacia él sobre espumas de agua cristalina para entregarle en sus brazos el fruto hecho carne y alma de su amor. Luego se durmió para siempre.

La guerra continuaba y al cuartel militar llegaban decenas de soldados heridos. Trajinaba todos los días buscando entre la multitud de cuerpos sucios y esqueléticos a su muchachito de jopo rojizo. No, no estaba entre ellos, y la desgracia ajena alimentaba su alma de esperanzas. Era preferible que no llegara entre tantos muertos y heridos porque un día volvería bello y victorioso, corriendo hacia sus brazos envuelto en su uniforme militar y sus polainas de cuero.

La guerra, aunque se libraba lejos del pueblo, trajo pestes y epidemias. Un día tuvo fiebre y le aparecieron unas ampollas negruscas en todo el cuerpo Su madre la recostó en un cuarto oscuro para evitar los rayos del sol y lavaba su cuerpo con cáscaras de plátano verde. La fiebre no se detuvo y los sueños se trasformaron en delirio.

Vio a su muchachito correr entre el árido monte, lo vio caer despedazado y sintió un soplo de angustia en su alma. Una onda de viento la llevo hasta el y le entrego en sus brazos el fruto de su amor. Le tomo la mano, lo levanto, se fueron caminando lentamente sin decir nada, y luego se durmió junto a el para siempre.
Un día llego a la vieja casona una mujer que dijo ser la abuela de la niña.

- Es mi nieta dijo, y solo viviré si tengo el recuerdo de mi hijo muerto en la guerra.

- Yo también he perdido a mi hija, y solo tengo a mi nieta. Estoy sola y he criado a mi nieta como si fuera mi hija, le contesto la abuela materna.

- Pero yo tengo todo en San Ignacio. La niña vivirá como una reina y no le faltara nada. Por favor, no me deje volver sola. Le prometo que apenas ella crezca un poco mas se la enviare para que viva con usted.

Más de un mes llevo el entredicho y las visitas. La niña se fue con la abuela paterna al pueblito de provincia. Pasaron unos meses, y la abuela le dijo:

- Te voy a mandar con una maestra para que en su casa aprendas a leer y escribir.

En la hacienda de la maestra la niña trabajaba de sol a sol en las mismas tareas domesticas que los “mozos” de hacienda realizaban. Nunca le enseñaron a leer y escribir, y solo aprendió a obedecer y a callar. Alguna vez se escapaba un “mozo” y el patrón mandaba a una caballería de jinetes a buscarlo. Lo traían maniatado y lo tendían al suelo. El patrón ordenaba con cuantas “arrobas” de látigo de azotaba al “paico” chúcaro. Una arroba, dos arrobas, dependiendo si el camba era soberbio o necesario para las tareas de campo. No, no había que matarlo, solo guasquearlo, porque si el “mozo” moría el patrón no tenia quien trabaje para el. Era suficiente la azotaína para que el “paico” escarmiente y nunca mas se le ocurra escaparse.

Los “mozos” de hacienda no conocían salario, tan solo el trabajo en la hacienda del patrón. Les pagaban en especie y alcohol: dos camisas, un pantalón, un bloque de sal, una libra de azúcar, dos botellitas de “jumechi”. De cuando en cuando hacían las cuentas y sin saber leer ni escribir el “mozo” terminaba endeudado. Así seguía año tras año trabajando el y su familia. Cuando el patrón vendía una hacienda lo hacia con casa, potreros, ganado, “mozos” y familia incluidos. Empreñaban a sus hijas y se emparentaban con ellos nombrándolos “ahijados”, dándoles el apellido y un espacio para que construyan sus rancheríos, críen sus gallinas y cacen en el monte algo para comer, pero como el rifle era del patrón, entonces la carne mayor se iba a la mesa del patrón. En todo caso, el “mozo” de hacienda vivía agradecido con el patrón, y a cada tiempo que el cura llegaba al pueblito los bendecía como buenos hijos de Dios.

La niña se hizo mozuela y conoció un galán hijo de patrón de hacienda, que entre amagos, besos sin experiencia y promesas de amor para nunca cumplirse, despertó sorprendida con un embarazo que no entendía. Se fugo de la hacienda y se fue al pueblito a trabajar de domestica en la casa del Sub Prefecto.

Hombre sensible y de respeto en el pueblo, el Sub Prefecto la acogió en su casa familia, sin sueldo pero con comida y techo. Parió a su hijo con sus propias manos, sin partera ni utensilios. Trabajo con el hijo en los brazos y se olvido de las promesas de amor. Un día pasaron a buscarla para volverla a la hacienda, y decidió fugar ala ciudad.

jueves, 2 de agosto de 2007

Viceversa

Viceversa
Mario. Benedetti

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

O sea, resumiendo,
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa