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viernes, 20 de abril de 2007

Siempre libres cruceños seamos



"Santa Cruz es una urbe cosmopolita, que busca sus orígenes y su futuro al mismo tiempo. Mientras lo encuentra se llena de vendedores ambulantes, de tráfico caótico y se ensucia como pocas ciudades en el mundo, –nos dice en una de sus líneas Carlos Federico Valverde Bravo en su libro “Siempre será la primera vez”.
Me identifico mucho con la frase antes citada ya que en el transcurso de este libro, como también en el cotidiano vivir, podemos apreciar el cambio que ha venido y viene siendo objeto esta urbe, cambio en lo aprecia a simple vista, en lo evidente, como ser el estilo arquitectónico y vanguardista de la ciudad , pero como toda ciudad que se desarrolla de manera tan vertiginosa nos hemos estancando en algo que no se nota en la apreciación de los sentidos, pero no por ello menos importante y es el desarrollo de la mentalidad de ciudadano urbano de una ciudad tan cosmopolita como ésta.
En este sentido en la Santa Cruz de la Sierra que nos toca vivir a los jóvenes de la época del Internet , del celular, y de las facilidades que consigo trae el desarrollo y la tan satanizada pero ineludible globalización , nos toca lidiar día a día con la mentalidad de “pueblo” de la que padecemos la gran mayoría de los habitantes de esta hospitalaria capital como diría el ex presidente de la republica e historiador de renombre nacional , Carlos Diego Mesa Gisbert tenemos todavía el “chip provinciano” (sin animo de desfavorecer a mis también raíces provincianas) ese que no nos deja vivir tranquilos, ese el que nos hace satanizar una el arte, el desnudo , las tendencias de la moda, las opciones sexuales , la música , en fin…
Sin embargo en esta mi humilde opinión me centraré en un tema antes mencionado: el de la intolerancia a través en cuanto a lo sexual que todavía tenemos en la capital oriental , y es que asombrarse por un dibujo o esbozo de arte , de un desnudo en carnaval, de ver pasar por las calles una pareja homosexual de la mano, demostrando libremente su manera de quererse,y no sonrojarse o hacer comentarios de rutina escandalosos es quedarse en el pasado , es quedarse en el pueblo , y no seguir avanzando a al desenvolviendo de una sociedad del siglo XXI. La sociedad que se merece Santa Cruz la ciudad que tendría y tiene que ser el puntal en el desarrollo de mi país, no solo en lo económico sino en el desarrollo humano también, y está en nosotros también en el cambio de actitud de cada uno de nosotros podremos cambiar la concepción aquella de que dice que ¡lo liberal es malo!
En resumen este libro es una iniciativa que nos llevará a ser más tolerantes y más libres, mentalmente hablando. En sus páginas encontraremos la narración de un persona común: Andrés, que vive su sexualidad y la disfruta en pleno y sin remordimiento alguno pese a las miradas de repudio de la sociedad de la época, a todo esto el tiene un conflicto consigo mismo, el miedo a quedarse solo por el estilo de vida que lleva, pero tiene algo claro, el no olvidará nunca a la única mujer que verdaderamente amo y no podrá olvidar, ¿su nombre? Clarita. A lo largo de esta historia pude viajar a Europa y sentirme como un exiliado más en la época de la dictadura en Bolivia, y enterarme lo que es un “menaje a trois” que a mi parecer a todo hombre alguna vez se le cruzó por la cabeza practicarlo.
También en el libro podemos reencontrarnos, redescubrirnos, reinventarnos con nuestras vivencias de adolescentes que compartíamos y mentíamos, exagerábamos cuando nos reuníamos y nos poníamos a la tarea de intercambiar “experiencias” en aquellas “tertulias sexuales”, y el que menos decía o aportaba con la enciclopedia del sexo era menos apreciado,
A ver díganme ¿quien no ha caído con el verso de la venerada Yumbina era lo que nos facilitaría nuestra labor en cuanto al arte de seducir y poder tener sexo con nuestras compañeras ocasionales?
La sensación final que me deja el libro es la que me dice que empezaré a conocerme mejor, me examinaré mas detenidamente y me dejaré llevar en el momento de hacer el amor y no seguiré los “protocolos” que nos enseñaron los libros y revistas para adultos y si no más bien innovaré, y lo que es mas importante disfrutaré, para que esto no sea una simple polvo, si no algo más profundo… hacer el amor en todo el sentido de la palabra.Por ultimo recomiendo este libro en sus 159 páginas a mi parecer es recomendable desde todo punto de vista, y que como diría un noticiario que no veo hace mucho tiempo por higiene mental esta “Imperdible de principio a fin” y me despido con una cita de esta novela erótica que estoy seguro hará ruborizar a más de uno.“Así resulta entones que termino esta puta borrachera diciéndome a mi mismo que aunque se repita mil veces, si se lo hace concientemente y con sentimiento, con compañerismo, con la dosis de tolerancia y amistad necesaria en toda la toda relación. Con deseo siempre vivo, siempre inevitablemente, siempre habrá una primera vez”

viernes, 6 de abril de 2007

Como Agua Para Chocolate

Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en esta caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento sentiremos deslumbrados una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo.

Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía al alma. En otras palabras esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno por uno.

Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe producen un resplandor tan fuerte que ilumina mas allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer, llevándonos a la misma muerte.

Laura Esquivel Como Agua para Chocolate